Ese viaje largo que hiciste en colectivo te dejó ver el recambio de caras. Los que se subieron con vos tenían cara de póker, como quien va al centro y no tiene ganas de encontrarse con nadie. En el centro se bajaron esos y subieron los que no lloran porque queda mal, pero que mueren por llegar a sus casas.
¿Y los del medio? Los del medio, los que no se suben ni al principio ni en el centro, esos sí que no saben a dónde van a ir a parar.
Hoy tomé chocolate al lado de una muñequita. Falta mucho para que Giuliana juegue con una de ésas. Me dio esa nostalgia que viene al revés. ¿Qué pasará mañana?